La Materia Oscura - Vicente Gigli

 

 

            


 

 

Sintió un fuerte dolor en el pecho…

Se dijo a sí mismo no es momento de distraerse y miro sobre su escritorio buscando respuestas que aún no tenía. Él era el jefe Coordinador de la Seguridad presidencial, y con todos los medios a su disposición estaba seguro de una cosa, existía un complot para asesinar al Señor presidente ejecutando el hecho con un sicario. “El más eficiente, cumplió con los objetivos de sus contratos con un 100% de validez y nunca falló. Es misterioso, no había dato biométrico alguno de él, solo su existencia y mortal eficacia durante los últimos 20 años. Lo más grave en mas de una vez, como lo era ahora fue el conocimiento que había sido contratado para asesinar. Aun así, no desistía en cumplir con su objetivo; una vez cerrado el contrato era un punto de no retorno ¿cómo puede ser tan invisible? “…

Tomó su café, pero estaba muy tibio, evaluó quejarse con el camarero, pero no lo hizo; pasar desapercibido siempre era su atributo más importante, viajar en tren siempre fue el mejor medio para trasladarse al momento de cumplir con su misión. En horas arribaría y un presidente sería asesinado.

Levantó la mirada a su pizarra de datos, estaba llena de papeles pinchados, fechas, método de ejecución, lugares, etc. pero nada de cómo era. No había un patrón a seguir, cada asesinato era diferente, no tenía un método, solo el de cumplir el contrato de muerte. Pero su imagen está vacía. ¡¡Vacía!! Eso es, se dijo como no lo pensé antes. Llamó al jefe de su equipo de sistema, controlando su euforia momentánea y le dijo: no tenemos ningún dato biométrico de él, ninguna huella…es posible programar el escaneo del rostro para que busque rostros que no tengan datos; seguro médico, licencia de conducir, historia laboral, Instagram, Facebook etc.  Es decir, si detecta un rosto que refleja la nada en el sistema social. Al jefe de sistema le gustó la idea, aunque llevarla a cabo sería compleja y difícil, pero posible. Se puso a trabajar.

Sí, era una buena idea, tenía fe, funcionaría como siempre. Se miró al espejo y contempló la imagen de un rostro artificial, lo había copiado de alguien que existía, un hombre de edad con problemas de movilidad que tenía que usar muletas. Cualquier Software de Reconocimiento Facial es útil si se tiene a quien buscar. Ante la duda de que se buscara el rostro sin registro, siempre se maquillaba con la cara de otro. Sí, soy un genio en mi trabajo por algo soy infalible e indetectable.   

La materia oscura no se ve, se siente, pero está ahí, era el seudónimo con que se dirigían al sicario “La Materia Oscura”. Sonó su celular, el secretario del presidente, con voz fuerte y sonora pregunto ¿Aceptó?  Le respondieron, que no. No cambiaría su rutina ni su agenda … sigue todo en sus manos, por la seguridad del presidente.

¡¡¡Mierda!!! Una paloma le había cagado en la cabeza, se limpió cuidando de no hacer daño a su maquillaje, en minutos llegaría el presidente a dar un discurso público. La seguridad de la zona era realmente muy buena … no para mí, estaba a metros de la grada como excombatiente veterano de guerra, sus muletas guardaban una pistola de dos tiros con proyectil muy letal. Había pasado todos los controles, además de sicario era un experto en el sistema de seguridad e identificación de personas. Si, no habría problema en cumplir su contrato la vía de escape es implacable para mí.

Otro dolor en el pecho… luego nada, la nada misma. El presidente está muerto por dos disparos y entre el primero y el segundo, pasó un tiempo que no es el normal, soñó que era su protector y su asesino. Ahora era otra víctima de la Materia Oscura.

 

Vicente Gigli

 

 

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